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CÓMO AUMENTAR LA EFICIENCIA DE LA CADENCIA

La eficiencia de la cadencia—la capacidad de pedalear de manera suave y efectiva a distintas revoluciones por minuto (RPM)—es uno de los aspectos más subestimados del rendimiento ciclista. Muchos ciclistas se obsesionan con los números de potencia o la frecuencia cardíaca, pero descuidan cómo traducen eficazmente cada pedalada en movimiento hacia adelante. Mejorar la eficiencia de la cadencia reduce energía desperdiciada, disminuye la fatiga y mejora la resistencia en recorridos largos. Este artículo explora la ciencia de la cadencia, ejercicios prácticos para perfeccionar la técnica y estrategias para integrar la eficiencia en un entrenamiento estructurado. Al enfocarse en la cadencia, ciclistas de todos los niveles pueden pedalear de manera más inteligente, conservar energía y desbloquear nuevo potencial de velocidad.

Comprendiendo la eficiencia de la cadencia


La eficiencia de la cadencia se refiere a qué tan eficazmente un ciclista mantiene potencia a una velocidad de pedaleo determinada sin tensión muscular excesiva ni movimientos innecesarios. No se trata solo de pedalear más rápido, sino de encontrar la cadencia que maximiza la potencia relativa al gasto energético. La eficiencia combina biomecánica, reclutamiento muscular y adaptación cardiovascular.


La ciencia detrás de la cadencia


Estudios de ciclismo muestran que los ciclistas élite naturalmente pedalean entre 85–100 RPM en eventos de resistencia. A estas cadencias, el sistema cardiovascular asume mayor carga mientras los músculos conservan glucógeno. Cadencias más bajas (60–75 RPM) dependen más de la fuerza muscular, lo que lleva a fatiga más rápida en carreras largas. Comprender este equilibrio es clave para entrenar la eficiencia de la cadencia.


Señales de cadencia ineficiente


La cadencia ineficiente suele manifestarse como fatiga muscular, pedaladas irregulares o dificultad para mantener un ritmo constante a intensidades altas. Los ciclistas pueden notar rebote excesivo en el sillín, entrega de potencia entrecortada o fatiga temprana en subidas largas. Estos son indicios de que se necesita refinar la técnica.


  • Dificultad para mantener RPM constantes en distintos terrenos.

  • Fatiga muscular antes de que aparezca la fatiga cardiovascular.

  • Potencia inconsistente a pesar de un esfuerzo estable.


La eficiencia de la cadencia no se trata de adoptar un número universal, sino de aprender a pedalear suavemente en un rango de cadencias mientras se minimiza el esfuerzo desperdiciado.


Ejercicios para mejorar la cadencia


Mejorar la eficiencia de la cadencia requiere práctica deliberada. Los ejercicios estructurados enseñan a tu sistema neuromuscular a coordinar las pedaladas eficazmente mientras se desarrolla resistencia cardiovascular y muscular a diversas RPM.


Incrementos de cadencia alta


Los incrementos consisten en aumentar gradualmente la cadencia hasta cerca del máximo (120–130 RPM) por cortos períodos manteniendo control. Estos ejercicios mejoran la coordinación neuromuscular y la suavidad a altas RPM. Con el tiempo, lo que antes parecía “demasiado rápido” se vuelve más natural y eficiente.


Intervalos de fuerza a baja cadencia


Subir o pedalear a 50–60 RPM en marchas pesadas desarrolla fuerza muscular y potencia de pedal. Estas sesiones acondicionan las piernas para distintos terrenos y mejoran la generación de torque. Combinar trabajo de fuerza a baja cadencia con ejercicios de alta cadencia crea un ciclista versátil.


  • Realiza 4–6 repeticiones de 1 minuto de incrementos a más de 120 RPM.

  • Completa 4×6 minutos a 60 RPM en subidas moderadas.

  • Alterna pirámides de cadencia (por ejemplo, intervalos 70–90–110 RPM).


Ejercicios de una sola pierna


El pedaleo con una sola pierna obliga a eliminar puntos muertos en la pedalada. Desengancha un pie y pedalea suavemente con el otro por 30–60 segundos para desarrollar conciencia de la mecánica de pedaleo y activar músculos estabilizadores que usualmente no se usan en cadencia normal.


Estos ejercicios, practicados consistentemente, reentrenan tu cuerpo para pedalear eficientemente, generando memoria muscular que se transfiere a situaciones reales de ciclismo.


El entrenamiento, rendimiento y preparación física en el ciclismo son clave porque optimizan la resistencia, fuerza y técnica de los ciclistas, mejoran la eficiencia en carrera, previenen lesiones y permiten alcanzar metas competitivas o personales, impulsando el progreso y la disciplina en el deporte.

El entrenamiento, rendimiento y preparación física en el ciclismo son clave porque optimizan la resistencia, fuerza y técnica de los ciclistas, mejoran la eficiencia en carrera, previenen lesiones y permiten alcanzar metas competitivas o personales, impulsando el progreso y la disciplina en el deporte.

Integrando la eficiencia en el entrenamiento estructurado


Las ganancias en eficiencia de cadencia se maximizan cuando se integran en planes de entrenamiento generales en lugar de tratarlas como ejercicios aislados. La eficiencia debe complementar resistencia, fuerza y acondicionamiento específico para competencias, logrando mejoras equilibradas.


Uso estratégico de zonas de cadencia


Así como los ciclistas utilizan zonas de potencia y frecuencia cardíaca, las zonas de cadencia pueden guiar los entrenamientos. Entrenar en un espectro (baja, media y alta cadencia) mejora la adaptabilidad. Por ejemplo, rodadas a ritmo tempo a 90 RPM simulan el ritmo de carrera, mientras que pedaleos de recuperación a más de 100 RPM refuerzan la suavidad a intensidad ligera.


Combinando cadencia con métricas de potencia


Los medidores de potencia muestran si los ajustes de cadencia mejoran la eficiencia. Registrar watts a distintas RPM ayuda a identificar tu “punto ideal”—el rango de cadencia donde la potencia se mantiene con mínimo gasto de energía. Con el tiempo, este rango puede desplazarse hacia arriba a medida que tu cuerpo se adapta.


  • Registra la potencia normalizada en varias cadencias.

  • Anota la RPE (percepción del esfuerzo) junto con los datos de cadencia.

  • Vuelve a evaluar los rangos de cadencia cada 6–8 semanas para monitorear progreso.


Desarrollando hábitos de cadencia a largo plazo


La eficiencia de la cadencia es una habilidad que se construye en meses. Incluye enfoque en cadencia durante calentamientos, rodadas de resistencia y sesiones de intervalos para reforzar la formación del hábito. Con el tiempo, pedalear de manera más suave se vuelve natural, traduciéndose en mejor rendimiento el día de la carrera y menor fatiga en todas las disciplinas.


Cuando el entrenamiento de cadencia se integra con objetivos generales—resistencia, potencia y resiliencia—pasa de ser un ejercicio complementario a una ventaja central de rendimiento.


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