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¿CÓMO ELIJO LA RELACIÓN DE MARCHAS ADECUADA PARA LA VELOCIDAD?

Elegir la relación de marchas correcta para la velocidad es uno de los elementos más subestimados pero críticos en el rendimiento ciclista. Ya sea esprintando en carretera plana, descendiendo a alta velocidad o buscando optimizar una contrarreloj, la relación entre cadencia, tamaño del plato y selección del piñón determina qué tan eficientemente transformas la potencia en movimiento. Esta guía explora la ciencia detrás de las relaciones de marchas, estrategias prácticas de selección y aplicaciones reales para ayudar a ciclistas —desde entusiastas hasta competidores— a encontrar el punto óptimo entre velocidad pura y esfuerzo sostenible.

Comprender las relaciones de marchas


En ciclismo, una relación de marchas se define por la relación entre el plato (marcha delantera) y el piñón (marcha trasera). Esta relación dicta cuántas revoluciones de rueda resultan de cada pedalada. Relaciones más altas producen mayor potencial de velocidad, pero requieren más fuerza, mientras que relaciones más bajas facilitan el pedaleo pero limitan la velocidad máxima. Comprender este equilibrio es la base para elegir la configuración adecuada.


La mecánica de la velocidad y la cadencia


Los ciclistas generan velocidad combinando cadencia (revoluciones de pedal por minuto) con la relación de marchas. Un plato más grande combinado con un piñón más pequeño da una relación más alta, lo que significa más distancia por pedalada. Sin embargo, si la relación es demasiado alta, el ciclista corre el riesgo de pedalear a baja cadencia de manera ineficiente, lo que aumenta la fatiga y reduce el rendimiento a largo plazo.


  • Relaciones altas: maximizan la velocidad pero exigen fuerza

  • Relaciones bajas: pedaleo más fácil pero con velocidad limitada

  • Cadencia óptima: generalmente entre 85–100 RPM para eficiencia

  • Tamaño de rueda: afecta el avance efectivo de cada relación


Reconocer cómo interactúan las relaciones de marchas con la cadencia permite evitar extremos. El objetivo es mantenerse dentro de una zona de cadencia sostenible mientras se aprovechan las relaciones que mejor se adaptan al terreno y a las demandas de velocidad. Este enfoque transforma la potencia bruta en velocidad constante sin agotamiento prematuro.


Estrategias de selección de marchas para velocidad


Una vez claros los fundamentos, el siguiente paso es aplicarlos estratégicamente. Diferentes disciplinas, terrenos y objetivos requieren configuraciones de marchas distintas. Velocistas en carretera, especialistas en contrarreloj y corredores de criterium abordan las relaciones de marchas de manera diferente según el tipo de esfuerzo requerido y los rangos de velocidad esperados.


Consideraciones según la disciplina


En carreteras planas, los ciclistas suelen preferir platos grandes (por ejemplo, 52 o 53 dientes) combinados con piñones pequeños (11–13 dientes) para mantener altas velocidades con cadencia eficiente. En contraste, los contrarrelojistas ajustan las relaciones para equilibrar aerodinámica con potencia sostenida, apoyándose en datos precisos de potenciómetros. Los ciclistas de pista llevan este concepto al extremo, usando platos masivos (hasta 60 dientes) para esprints explosivos, conscientes de que las carreras son cortas y la cadencia puede mantenerse alta.


  • Velocistas de ruta: platos grandes con piñones de 11–12T

  • Contrarrelojistas: platos medianos a grandes optimizados para cadencia sostenida

  • Ciclistas de pista: relaciones extremadamente altas para velocidad máxima

  • Gravel/Todo-terreno: relaciones moderadas que equilibran velocidad y adaptabilidad


Más allá de la disciplina, los factores ambientales importan. Con viento a favor es posible usar relaciones más altas, mientras que con viento en contra o terreno ondulado convienen configuraciones un poco más bajas. La fisiología del ciclista también influye: los más potentes con alto torque pueden mover desarrollos grandes, mientras que ciclistas más ligeros pueden depender más de la eficiencia de cadencia. Personalizar las relaciones según estas variables marca la diferencia entre luchar contra la bici y fluir con ella.


El entrenamiento, rendimiento y preparación física en el ciclismo son clave porque optimizan la resistencia, fuerza y técnica de los ciclistas, mejoran la eficiencia en carrera, previenen lesiones y permiten alcanzar metas competitivas o personales, impulsando el progreso y la disciplina en el deporte.

El entrenamiento, rendimiento y preparación física en el ciclismo son clave porque optimizan la resistencia, fuerza y técnica de los ciclistas, mejoran la eficiencia en carrera, previenen lesiones y permiten alcanzar metas competitivas o personales, impulsando el progreso y la disciplina en el deporte.

Aplicaciones prácticas y pruebas


La teoría es útil, pero la verdadera medida de la relación adecuada se obtiene probando en carretera o en pista. La tecnología moderna del ciclismo —potenciómetros, sensores de cadencia y unidades GPS— permite experimentar con diferentes configuraciones y analizar el rendimiento en detalle. Los ajustes basados en datos refinan la selección de marchas con el tiempo, asegurando que las relaciones se alineen con los objetivos de velocidad y las capacidades físicas.


Cómo probar y ajustar tus relaciones


Empieza analizando tu cadencia promedio y potencia en rodadas clave. Si la cadencia cae por debajo de 80 RPM a ritmo de competencia, tu relación puede ser demasiado alta. Por el contrario, si la cadencia supera constantemente las 105 RPM sin un aumento proporcional en velocidad, la relación puede ser demasiado baja. Ajusta cambiando el tamaño del plato o la selección del piñón trasero, y vuelve a probar en condiciones similares.


  • Registra cadencia y velocidad durante intervalos de sprint

  • Evalúa esfuerzos de contrarreloj con potencia sostenida

  • Prueba relaciones en condiciones reales de carrera cuando sea posible

  • Revisa datos con software de entrenamiento para detectar tendencias


Los ciclistas también deben considerar cambios incrementales en lugar de modificaciones radicales. Un solo diente en el piñón trasero o dos dientes en el plato pueden alterar significativamente el equilibrio entre cadencia y velocidad. Con el tiempo, estos ajustes refinados crean una configuración personalizada adaptada a tu fisiología, objetivos y terreno preferido.


En última instancia, elegir la relación adecuada para la velocidad no se trata de copiar la configuración de un profesional, sino de encontrar el equilibrio que te permita rodar con eficiencia y confianza. A través de pruebas estructuradas, análisis de datos y adaptación, los ciclistas pueden desbloquear ganancias de velocidad sin sacrificar resistencia ni control.


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