Aprende a prevenir la deshidratación en climas calurosos con estrategias de hidratación, consejos de nutrición y ajustes de estilo de vida para actividades al aire libre seguras.
¿CÓMO MANEJO LA NUTRICIÓN DURANTE EVENTOS DE ULTRA-CICLISMO?
En el ultra-ciclismo, tus piernas no son el único motor—tu sistema digestivo juega un papel clave. Eventos que se extienden por cientos de kilómetros o varios días exigen una nutrición precisa y adaptable. Los errores aquí no solo cuestan tiempo—pueden acabar tu carrera. Esta guía presenta estrategias respaldadas por expertos para manejar calorías, hidratación, electrolitos y tiempos durante recorridos de larga distancia. Ya sea que compitas en la Transcontinental, afrontes brevets de 300 km o participes en travesías de bikepacking de varios días, dominar la nutrición en ruta es crítico para el rendimiento, la recuperación y la supervivencia.

Entendiendo las demandas nutricionales del ultra-ciclismo
El ultra-ciclismo lleva tu cuerpo más allá de los límites normales de resistencia. No solo quemas calorías—gestionas digestión, hidratación, energía mental y fatiga por 8, 12, 24 horas o más. Eso requiere una estrategia nutricional diseñada para la durabilidad, no solo la intensidad.
Por qué la alimentación en ultra-distancia es diferente
Mayor gasto energético: Los ciclistas queman 600–1000+ calorías por hora, según la intensidad, el terreno y las condiciones.
Fatiga digestiva: La duración prolongada reduce la función intestinal, así que la comida debe ser fácil de procesar incluso tras 12+ horas de esfuerzo.
Almacenamiento limitado: El glucógeno se agota rápido, por lo que necesitas ingesta constante de carbohidratos y grasas para evitar el “pájaro”.
Pérdida de hidratación: La deshidratación aparece rápido, sobre todo con calor o cafeína en juego.
Privación de sueño y cambios de ánimo: La nutrición influye en la alerta, las decisiones y el control emocional durante eventos ultra.
En lugar de pensar en “nutrición de carrera”, piensa en “alimentación sostenible”. Necesitarás comida real, líquidos, variedad y la capacidad de adaptarte a cómo responde tu cuerpo después de horas o días en la bicicleta. Es tanto arte como ciencia.
Estrategias de nutrición antes y al inicio
El primer tercio de un evento ultra es donde construyes tu base nutricional. Alimentarte temprano y de forma constante mantiene la energía estable, retrasa la fatiga y prepara al sistema digestivo para el resto del recorrido.
Construye tu plan nutricional antes del evento
Carga previa de carbohidratos e hidratación: Las 48 horas previas, aumenta la ingesta de carbohidratos a 8–10 g/kg y bebe 500–750 ml de líquidos con electrolitos al día.
Come una comida previa familiar: Opta por carbohidratos simples, baja en grasas y proteína moderada 2–3 horas antes de la salida.
Empaca variedad: Lleva nutrición deportiva (geles, bebida energética) y comida real (pasteles de arroz, barritas, mantequilla de nueces) para dar opciones a tu estómago.
Adelanta calorías: Las primeras horas deben incluir alimentación constante—empieza a comer temprano para evitar crisis después.
Checklist inicial (primeras 3–4 horas)
Consume 60–90 g de carbohidratos por hora de fuentes sólidas y líquidas.
Bebe ~500–750 ml de líquidos por hora, según clima y sudoración.
Añade electrolitos cada 1–2 horas, especialmente en calor o alta pérdida de sudor.
Monitorea hambre, ánimo y frecuencia urinaria como indicadores tempranos de fatiga.
Piensa en la alimentación temprana como una inversión a largo plazo. Comer de menos al inicio significa sufrir de más al final. Usa un plan basado en tiempos, no en apetito—este puede desaparecer antes que tu energía.
Alimentación en ruta y adaptación tardía
A medida que la rodada avanza, tu plan debe volverse dinámico. Fatiga, saturación de sabores, problemas gastrointestinales y cambios ambientales golpean más fuerte tras 6+ horas. La segunda parte de tu estrategia es mantener la ingesta calórica evitando colapso digestivo.
Tácticas de alimentación a mitad y final de ruta
Alterna tipos de comida: Cambia entre dulce, salado, crujiente y suave para evitar saturación. Incluye alimentos “de confort” como plátanos, mini sándwiches o papas hervidas.
Aumenta calorías líquidas: Usa bebidas altas en carbohidratos cuando masticar sea difícil. Se absorben más rápido y reducen carga estomacal.
Usa cafeína con cuidado: Puede reducir la percepción de esfuerzo, pero no abuses—100–200 mg cada 3–5 horas es suficiente.
Atiende señales gastrointestinales: Náuseas, hinchazón o diarrea indican que debes bajar el ritmo, reducir fibra/grasas o reiniciar solo con hidratación.
Mantén flexibilidad: Si tu plan falla, adáptalo. Comida real, tiendas o cafés locales pueden salvar un estómago en crisis.
Estrategia de hidratación en etapas finales
Usa tabletas de sal o mezclas altas en electrolitos en calor o altitud.
Bebe sorbos constantes: la deshidratación aparece sin aviso. No esperes a tener sed—pon recordatorios cada 10–15 minutos.
Agrega algo de proteína si pedaleas más de 10 horas: 5–10 g/hora ayudan a preservar músculo y reducir malestar intestinal por exceso de carbohidratos.
La fatiga afecta tus decisiones y apetito en la parte final. Entrena a tu estómago en sesiones largas y lleva siempre un “combustible de emergencia”—como refresco, caldo o carbohidratos simples que sepas que toleras cuando nada más entra.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR