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¿CÓMO PLANIFICO LA HIDRATACIÓN PARA CARRERAS DE LARGA DISTANCIA?

Planificar la hidratación para carreras de larga distancia no se trata solo de beber más agua, es una ciencia calculada. Ya sea que estés pedaleando, corriendo o compitiendo en triatlones, la hidratación juega un papel crítico en mantener la energía, regular la temperatura y prevenir calambres o hiponatremia. Esta guía ofrece un marco basado en evidencia para crear tu propio plan de hidratación, considerando tasa de sudor, condiciones ambientales, duración de la carrera y necesidades de electrolitos. Aprenderás cómo medir tu pérdida de sudor, elegir la mezcla adecuada de bebida y ejecutar una estrategia en carrera que te mantenga con energía, no sobrecargado. Perfecto para atletas de resistencia que desean evitar errores de deshidratación y sobrehidratación.

Conoce tu tasa de sudor y pérdida de líquidos


La base de cualquier plan de hidratación efectivo comienza con conocer tu tasa de sudor. Esta es la cantidad de líquido que pierdes por hora bajo condiciones específicas, y varía según la temperatura, humedad, ritmo e incluso el tamaño corporal. Sin esta métrica de referencia, cualquier plan de hidratación es solo un cálculo al azar.


Para calcular tu tasa de sudoración, pésate desnudo antes y después de una sesión de entrenamiento de 60 minutos sin ingerir líquidos. Por cada kilogramo perdido, habrás perdido aproximadamente 1 litro de sudor. Suma los líquidos que consumiste para obtener tu pérdida total por hora. Para mayor precisión, haz la prueba en condiciones similares a las de la carrera.


Pasos para calcular la tasa de sudoración


  • Pésate antes de una sesión de entrenamiento de 1 hora

  • Realiza tu entrenamiento (idealmente a ritmo de carrera, con el equipo de competencia)

  • Registra los líquidos consumidos durante esa hora

  • Pésate nuevamente después (bajo las mismas condiciones, en seco)

  • Calcula: (Peso inicial - Peso final) + Líquidos ingeridos = Pérdida total de sudor


La mayoría de los atletas pierde entre 0.8–1.5L/hora, pero puede llegar hasta 2.5L en calor extremo. Una vez que conozcas tu número, el objetivo es reponer alrededor del 60–80% de eso durante la carrera. Intentar reemplazar el 100% de la pérdida no solo es innecesario, también puede causar malestar estomacal o hiponatremia.


Entrena a tu estómago para tolerar la ingesta de líquidos a ritmo de carrera replicando tu plan de hidratación en entrenamientos largos. La adaptación es clave: lo que funciona en el entrenamiento funciona en la competencia.


Equilibra electrolitos con ingesta de líquidos


El sudor no solo contiene agua, también lleva electrolitos esenciales como sodio, potasio y magnesio. Reponer líquidos sin reemplazar sodio puede diluir el plasma sanguíneo, afectar la función muscular e incluso causar descensos peligrosos en los niveles de sodio en sangre (hiponatremia).


El sodio es el jugador principal aquí. Investigaciones muestran que los atletas de resistencia pueden perder entre 400mg y más de 1500mg de sodio por litro de sudor. Para mantener el equilibrio, tu plan de hidratación debe cubrir no solo la pérdida de líquidos, sino también tu concentración de sodio en el sudor, lo cual puede medirse con un análisis especializado o estimarse según síntomas y resultados en competencia.


Cómo manejar la ingesta de electrolitos


  • Usa mezclas de bebidas con electrolitos que contengan 300–800mg de sodio por litro

  • Suplementa con cápsulas de sodio si usas agua simple

  • Consume pequeñas dosis constantes cada 15–30 minutos

  • Evita excederte con potasio, puede causar malestar gastrointestinal

  • Incluye la sal de geles y gomitas en tu plan total


Cuida la concentración de tu bebida. Las bebidas hipertónicas (con demasiado azúcar) pueden retrasar el vaciado gástrico y provocar hinchazón. Apunta a soluciones isotónicas con una concentración de carbohidratos del 6–8%, ideal para hidratar y aportar energía al mismo tiempo.


En días calurosos o carreras de más de 3 horas, el sodio es innegociable. Saltárselo puede provocar calambres musculares, náuseas y bajo rendimiento. Los corredores inteligentes planifican sus necesidades de sodio por hora, no solo por botella.


El equilibrio de electrolitos es más que rendimiento, es seguridad. Conocer tus necesidades y prepararte de forma adecuada te asegura competir fuerte y terminar sano.


La salud, bienestar, seguridad, recuperación y nutrición en el ciclismo son esenciales porque garantizan que los ciclistas entrenen y compitan de manera segura y efectiva, previenen lesiones, optimizan el rendimiento físico y mental, y promueven hábitos sostenibles que fortalecen el progreso y disfrute del deporte.

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Crea tu plan de hidratación en carrera


Con tu tasa de sudor y tus necesidades de electrolitos claras, el siguiente paso es la ejecución: un plan de hidratación que realmente puedas seguir en condiciones de carrera. Las competencias de larga distancia—ya sea maratón, Ironman o pruebas de ciclismo gravel—requieren una estrategia adaptada al recorrido, ubicación de puestos de asistencia y preferencias personales.


Un plan sólido responde estas preguntas: ¿Cuánto beberás por hora? ¿Qué tipo de líquidos? ¿Cómo los llevarás? ¿Y cómo te adaptarás en tiempo real según temperatura o cambios de ritmo?


Lista de control para la hidratación


  • Precarga de líquidos el día previo (con sodio adicional)

  • Inicia la carrera bien hidratado pero no sobrehidratado

  • Bebe 150–250ml cada 15–20 minutos

  • Configura recordatorios en tu reloj o ciclocomputador

  • Ajusta el plan según tu tasa de sudor + variación de temperatura


Si tu carrera permite intercambiar botellas o bolsas personales en puestos de asistencia, planifica redundancias. Lleva más de lo que crees que necesitarás, especialmente si usas mezclas personalizadas. Etiqueta las botellas con claridad indicando contenido de sodio y carbohidratos. Para eventos más largos, considera incluir tabletas de sodio y una opción extra de solo agua para evitar sobrecarga gastrointestinal.


Después de la carrera, pésate nuevamente para medir la precisión de tu hidratación. Una pérdida del 2–3% de peso corporal es aceptable, pero más de eso indica deshidratación. Ganar peso significa que probablemente te sobrehidrataste, lo cual es una señal de alerta.


Refinar tu plan requiere tiempo y práctica. Usa carreras menores y entrenamientos largos para probar y ajustar tu estrategia. Tu objetivo no es la perfección, sino un rendimiento consistente y efectivo bajo la presión real de carrera.


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